- El 77% de la tierra está en manos de solo un 13% de propietarios.
- El campo asume una pobreza del 65% y una indigencia del 33%.
- Presidente J.M. Santos: “Las cooperativas agrícolas pueden ser un mecanismo ideal para sembrar progreso y reconciliación en el campo colombiano”
Colombia siempre ha tenido un grave problema con la actividad rural, la concentración de la población en ésta, el acceso no igualitario, los conflictos por el uso del suelo, el despojo y abandono de la tierra generado por actos violentos, afectan a gran parte de la población colombiana.
Según el Departamento Nacional de Planeación, DNP, el déficit habitacional en el sector rural es de 61,4% contra el 23,7% en lo urbano. Nos encontramos que durante más de cuatro décadas el campo se ha visto afectado por múltiples conflictos, pobreza y reformas que no han terminado de solucionar el problema.
Números tan graves como que actualmente el 77% de la tierra está en manos de un 13% de propietarios; que se calcula que 6,6 millones de hectáreas fueron despojadas por la violencia en los últimos 20 años; que no hay pobreza en el campo colombiano sino indigencia, los pobres son el 65% y los indigentes el 33%; que el 60% del empleo rural es informal; que el 55% de los campesinos pobres nunca ha recibido asistencia técnica; que el crecimiento del PIB rural en la última década fue del 2,8%, que el analfabetismo roza el 19% y que el 60 % no tiene agua potable sin incidir mucho sobre el problema de los ingresos de los campesinos frente al salario mínimo de la ciudad, demuestran que hay que empezar a tomar medidas.
Las cifras anteriores, nada alentadoras, colocan en evidencia a Colombia y demuestran que la sociedad colombiana afronta un desafío muy grande necesitando alternativas que ayuden a solucionar el problema agrario.
Las cooperativas son la alternativa
En el marco de la VII Conferencia Italia-América Latina y el Caribe, el presidente Juan Manuel Santos afirmó que “Uno de los temas en que Italia puede contribuir más con Colombia en un eventual posconflicto es en el de las cooperativas agrícolas, que aquí se han implementado con tanto éxito, y que pueden ser un mecanismo ideal para sembrar progreso y reconciliación en el campo colombiano”
La figura de las cooperativas es una gran alternativa frente a lo que ocurre con el campo. Se trata de un modelo empresarial, creado hace más de 150 años, pionero en el desarrollo y la práctica de la Responsabilidad Social. Sus acciones buscan permanentemente beneficiar a sus miembros, incluidos los trabajadores, la comunidad y el entorno. Acorde con el principio de control democrático, fortalecido por sus miembros, las cooperativas cumplen una función social que va más allá de generar excedentes.
Este es el caso de Colácteos, que cuenta con más de tres décadas de trabajo y esfuerzo asociativo, de honestidad y lealtad a un modelo que ha dado a sus asociados estabilidad y que ha posicionado a la lechería especializada de Nariño dentro del contexto de la cadena láctea nacional.
La aportación es Colácteos es muy grande y variada
En la década de los años 60 y 70 el mercado de la leche en el departamento de Nariño se caracterizaba por la venta de este producto a intermediarios o empresas principales del Valle del Cauca, no existía una empresa regional responsable de toda esta producción, con la que conseguir mejores condiciones y precios para los ganaderos de la región.
No fue hasta la 1977 cuando 30 ganaderos de la zona, con el apoyo y colaboración de una misión técnica del Gobierno holandés, firman el Acta de Constitución de la Cooperativa de Productos Lácteos de Nariño “Cooprolácteos”, de la que Colácteos forma parte, consiguiendo así unirse a un modelo extendido en la Unión Europea, que ha llevado a muchos países a un desarrollo sostenido, brindando a sus asociados calidad de vida, sentido de pertenencia y expectativas de un futuro mejor.
Empieza entonces una nueva actividad económica, ampliando poco a poco su portafolio de productos y mejorando su modelo administrativo, financiero, productivo y comercial, que permite a los principales productores de leche de Nariño, beneficiarse de las oportunidades que se les brinda al unir fuerzas, recursos y ganas de convertirse con su trabajo diario en una de las fuerzas vivas más representativas de los departamentos del Valle, Cauca, Nariño y Putumayo. Además, es uno de los referentes de las Cooperativas Lecheras de Colombia según el Diagnóstico nacional e internacional del sector lácteo y Plan de negocio para el Sector Lácteo Colombiano del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.
“Nariño es un departamento de vocación agropecuaria, convirtiéndose en la despensa del sur occidente del país con productos como papa, hortalizas, frutas, leche y sus derivados, del 33% del PIB agropecuario, Colácteos representa el 4,9% siendo el 10,3% del 70% del PIB Pecuario Departamental” afirmó Iván Caviedes Bucheli, Gerente General de Colácteos.
La responsabilidad social de las cooperativas genera beneficios para la comunidad. Colácteos creó 550 empleos directos y 87 trabajadores en misión dentro de sus procesos administrativos, producción, comercialización y servicios cooperativos. En el eslabón comercial se mueven 3.000 empleos indirectos, entre transportadores, distribuidores, tenderos, logística… Por último, las plantas de producción generan 1.192 empleos rurales directos y alrededor de 2.000 indirectos dependiendo de la estacionalidad.
Se demuestra de esta manera que el modelo cooperativo es una solución a la grave situación por la que atraviesa el campo colombiano, en especial en zonas de conflicto con población indígena como ésta, y que afecta a millones de personas. Colácteos, una de las cooperativas más importantes del país, y que abastece de cientos de productos las diferentes regiones de Colombia, es consciente de la problemática, y por ello ponen su grano de arena para por fin, poder erradicar la desigualdad.
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